Este 12 de marzo, el Popocatépetl, uno de los volcanes más emblemáticas de México, “celebra” otro año de existencia, con aproximadamente 730,000 años de historia, este coloso ha sido testigo de la evolución del paisaje y la cultura mexicana, convirtiéndose en un símbolo de poder y misterio.
Ubicado en los límites de México, Puebla y Morelos, el Popocatépetl cuyo nombre en náhuatl significa “montaña que humea” ha mantenido actividad constante durante las últimas décadas, recordándonos su naturaleza viva e imponente.
Desde su última gran erupción en 1994, el volcán ha registrado varias exhalaciones y explosiones moderadas de ceniza, lo que ha llevado a las autoridades a mantener una vigilancia permanente.
Más allá de su actividad volcánica, el Popocatépetl está profundamente ligando a la historia y a la mitología de México. La leyenda prehispánica cuenta que el guerrero Popocatépetl y la mujer dormida Iztaccihuatl, vivieron un amor trágico, convirtiéndose en volcanes como símbolo eterno de su unión. Está historia sigue viva en la memoria colectiva y se transmite de generación en generación.
Cada 12 de marzo se realiza una tradicional ceremonia para festejar un año más del coloso del Estado de Puebla. Piden permiso para acceder a sus faldas y celebrar con una ceremonia su cumpleaños.
Con cantos, bailes y una ofrenda, pobladores honran al volcán y piden porque vengan lluvias y cosechas abundantes en sus tierras.
