En diversas aldeas y barrios de Guatemala, se reportan casos en los que niños aprenden desde temprana edad a golpear a perros encadenados. Esta práctica, que involucra a madres que enseñan a sus hijos a maltratar a los animales, se ha convertido en un comportamiento cotidiano en algunas comunidades.
Los perros callejeros, muchas veces atados y desnutridos, sufren agresiones físicas severas sin recibir ningún tipo de protección.La violencia contra estos animales no se limita a golpearles con palos, sino que también implica dejarlos sin agua, alimentarlos de manera inadecuada y, en muchos casos, romperles huesos.
Esta situación ocurre en el contexto de la pobreza y la falta de educación en ciertas regiones del país, donde el bienestar animal no es una prioridad.Expertos en derechos animales aseguran que es crucial implementar programas educativos en estas comunidades para romper este ciclo de maltrato.
La concientización sobre el respeto hacia los animales y el trato ético hacia ellos podría contribuir a cambiar estas prácticas arraigadas y mejorar las condiciones de vida de los perros en situación de calle.
