Un grupo de aproximadamente 500 aficionados del Sevilla se presentó en las instalaciones del club tras la derrota del equipo ante el Celta, impidiendo la salida de los jugadores hacia sus hogares y generando enfrentamientos con la policía. El incidente ocurrió luego de que el autobús del equipo fuera escoltado desde el aeropuerto San Pablo hasta el centro de entrenamiento.
La tensión comenzó en el aeropuerto, donde varios seguidores esperaban confrontar a los futbolistas. Ante esta situación, las autoridades organizaron una salida alterna directamente desde la pista, escoltados por patrullas de la Policía Nacional. La situación obligó a un despliegue adicional de seguridad en las instalaciones del club.
