Unos 700 marinos fueron enviados a la zona de Los Ángeles por orden del presidente Donald Trump, con el objetivo de proteger instalaciones federales y personal ante las protestas derivadas de recientes redadas contra migrantes. La medida incluye también la activación de cuatro mil elementos de la Guardia Nacional.
Funcionarios militares aclararon que los marines no tienen autoridad de arresto y permanecerán en áreas de preparación mientras se definen sus ubicaciones de despliegue. Autoridades estatales calificaron la respuesta federal como desproporcionada, señalando que la mayoría de las manifestaciones han sido pacíficas.