El Congreso de México aprobó una reforma legal que prohíbe el uso de delfines en espectáculos, terapias, investigaciones y cualquier actividad ajena a su conservación. La nueva legislación también impide la reproducción de estos mamíferos en cautiverio, marcando un precedente en materia de bienestar animal en América Latina.
Con esta decisión, México se suma a Costa Rica y Chile como los únicos países de la región que han adoptado medidas similares para proteger a los cetáceos. La iniciativa es resultado de años de trabajo de organizaciones civiles, evidencia científica y presión social, y afectará a más de 300 ejemplares que actualmente se encuentran en delfinarios en el país.