Ures, en el corazón del valle del río Sonora, es uno de los pueblos más antiguos del estado de Sonora. Aunque hoy suene a leyenda, en los relatos de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, en la década de 1530, ya se hablaba del lugar como “el Pueblo de los Corazones”, en referencia a un regalo simbólico de cien corazones de venado por parte de los indígenas.
Su fundación formal ocurrió en 1644, cuando el jesuita Francisco París estableció una misión. Más tarde, en 1665, tomó el nombre de San Miguel de Ures, bajo la guía espiritual de otro jesuita, Bartolomé Castaño. Con el paso del tiempo, esa misión se transformó en una comunidad con identidad propia.
En 1838, Ures obtuvo el título de ciudad y poco después se convirtió en sede del gobierno estatal de Sonora, primero de forma no oficial y luego oficialmente entre 1847 y 1879. Fue una etapa de gran esplendor político, educativo y cultural. Durante el siglo XIX se fundaron escuelas, periódicos y círculos literarios, lo que le valió el apodo de “La Atenas de Sonora”.
En medio del conflicto contra el Imperio francés, el 5 de septiembre de 1866 se libró ahí la Batalla de Guadalupe. Fue una victoria clave para las fuerzas liberales y marcó un momento histórico. A raíz de ello, en 1998, se le otorgó el título de Ciudad Heroica.