Las autoridades de Arabia Saudita aplicaron la pena de muerte a ocho personas, siete de ellas extranjeras, por delitos relacionados con narcotráfico. Las ejecuciones se llevaron a cabo en la región de Najran, al sur del país.
De acuerdo con la agencia estatal SPA, tres de los ejecutados eran ciudadanos etíopes y cuatro somalíes, todos acusados de contrabando de hachís. En lo que va de 2025, se han registrado más de 200 ejecuciones en el país.