Un momento inesperado sorprendió a turistas y trabajadores en la zona arqueológica de Chichén Itzá: un perro criollo logró subir los 365 escalones de la pirámide de Kukulkán y, al llegar a la cima, lanzó un prolongado aullido justo al atardecer. El hecho fue captado en video y rápidamente se viralizó en redes sociales, donde visitantes comenzaron a llamarlo “el guardián”.
Testigos señalaron que el animal evitó la vigilancia y ascendió sin detenerse. Al llegar a la cúspide, permaneció inmóvil unos segundos observando el horizonte antes de emitir el aullido que dejó en silencio a los presentes. Algunos trabajadores del sitio afirmaron que nunca habían presenciado algo similar por parte de los perros locales. Usuarios en redes vincularon la escena con una antigua leyenda maya del tz’i’, un mensajero de los dioses que, al subir al templo, traía señales del inframundo.
