Alfonso González
En el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) en Puebla pueden existir fraudes millonarios, desabasto de medicamento, inconformidad de los derechohabiantes, por el mal servicio médico, terrorismo laboral, el trato déspota de sus empleados, amenazas de los doctores a los pasantes, en fin, puede ocurrir incluso la violación de un menor y nadie dice nada.
Pero eso sí, la incapacidad, la insensibilidad y hasta la ignorancia de sus funcionarios, tales como Ignacio Arenas López, quien presume ser el subjefe de Comunicación Social, es tan sosa que puede pasar por alto todos esos problemas y concentrarse en verdaderas estupideces.
Y es que en el Issste prefieren aclarar el escándalo de los garrafones y la escases del agua purificada en las oficinas centrales y sus distintas áreas, dada a conocer en Posdata, que ocuparse en lo verdaderamente importante del instituto.
Porque aunque lo nieguen en el organismo de salud federal, el terrorismo laboral y la escases de agua es una realidad, toda vez que la empresa Epura se había negado a abastecer el vital liquido simple y sencillamente porque no le habían pagado.
Además, de todos es sabido que en las oficinas centrales del instituto nadie se quiere, no existe el compañerismo, ni la solidaridad, ni la buena voluntad, por lo que los hechos incluso han quedado grabados hasta en video.
¿Qué dijeron en el Issste sobre el fraude descubierto en el área de préstamos y pensiones, algo así como 20 millones de pesos?
De no ser porque en Posdata se han revelado ese tipo de males, en el Issste nadie diría, ni haría, ni mucho menos denunciaría nada sobre todo lo que sucede.
De hecho, tras la revelación de quien esto escribe sobre el retiro del agua, el cual ya se solucionó por aquello de evitar los escándalos, el área de comunicación envió una “Tarjeta Informativa” disque para aclarar “la campaña de desprestigio promovida por
actores vinculados a una administración anterior”.
Es una pena que los empleados del Issste ocupen y desperdicien su tiempo en tratar de aclarar cosas tan burdas. Sobre todo cuando los hechos está a la vista de todos.
Porque los dispensadores de agua solo están en algunas áreas, y son para uso exclusivo de los empleados; al menos en las oficinas administrativas del instituto solo existía un despachador de agua en la entrada pero de un día para otro desapareció.
Mientras tanto, la reingeniería interna es real, pues hay cambios en los mandos directivos, en prestaciones y en administración, sin importar si cuentan con título profesional o sólo son cargos otorgados por compadrazgo.
Allí está el caso de Felipe Villanueva Eretza, quien no cuenta con ningún título universitario, por lo que sólo habría llegado a la dependencia por su carrera política o por sus vínculos Morena.
Por sus influencias, dicen que Don Felipe únicamente se presenta dos días a la semana a trabajar, además que lo hace después de las 11 de la mañana debido a que viaja diariamente de la CDMX.
La toma de decisiones está a cargo de la jefa de recursos humanos, quien por andar de mal humor, últimamente, se desquita con la gente a su cargo, a la que retiene pasada su hora de salida.
Y qué decir de las dos secretarias técnicas de Villanueva Eretza, quienes, según el personal del instituto, ya se sienten las primeras damas del Issste, pues si a ellas no se les antoja no firman los contratos de quienes tienen a su cargo.
Habrá que recordar que la subdelegación de administración del Issste es la base de la institución, ya que de ella dependen los servicios y los pagos de los contratos que se hacen para el resto de las áreas, incluso la dotación de la papelería y el agua purificada.
Evidentemente, la situación dentro de la dependencia se está saliendo de control y se puede ver con las cosas más mínimas. Ya si sus directivos no lo quieren aceptar es otra cosa.
Aquí la “Tarjeta Informativa” que el Issste exigió se publicara:

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