Leslie Jiménez
En Puebla, la mayoría de las personas en prisión tienen un nivel educativo bajo. De acuerdo con el Censo Nacional del Sistema Penitenciario 2024 del INEGI, el 38% de los reclusos solo cursó la secundaria.
Además, 2,652 internos estudiaron únicamente primaria o preescolar, y 471 no recibieron ningún tipo de educación formal.
En contraste, solo 20 personas privadas de la libertad tienen maestría, 263 cuentan con licenciatura y 1,047 llegaron a preparatoria.
El Banco Interamericano de Desarrollo ha señalado que una mayor escolaridad reduce las probabilidades de caer en actividades delictivas, ya que mejora el acceso a empleos legales y mejor remunerados.
La tendencia también se repite en el Centro de Internamiento para Adolescentes de Puebla, donde la mayoría de los jóvenes detenidos tampoco superaron la educación básica.