El partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile fue suspendido en el minuto 48, tras disturbios violentos entre aficionados de ambos equipos en el Estadio Libertadores de América, en Avellaneda. Los enfrentamientos con piedras y palos dejaron cientos de heridos, al menos 10 en estado grave, y la policía reportó la detención de numerosos seguidores, entre ellos alrededor de 300 chilenos.
De acuerdo con informes preliminares, entre los lesionados se encuentran cinco menores de edad. En redes sociales circulan videos que muestran episodios de violencia extrema, como la caída de un hombre desde 10 metros de altura, agresiones a aficionados obligados a pedir disculpas bajo amenazas, un niño golpeado en la cabeza con un objeto metálico y una persona que fue despojada de su ropa y golpeada por un grupo.