Sin mayor sorpresa, la actual rectora y candidata a repetir en el puesto por un segundo periodo de cuatro años, Lilia Cedillo Ramírez, será quien gane los comicios internos de la Benemérita Universidad Autónoma Puebla (BUAP), a celebrarse el próximo 10 de septiembre.
Como les mencioné con anterioridad, serían tres los candidatos finales, pero ni César Ricardo Cansino Ortiz, ni Ricardo Paredes Solorio, tienen algo que hacer en la contienda por una simple y sencilla razón: la cargada en la BUAP está con Lilia.
Y es que históricamente, la administración central en turno es la que tiene el control y prácticamente el resultado final del proceso. Pese a las demandas de los alumnos y personal que no están de acuerdo en la gestión de su primer periodo.
No hay nada sorprendente en el tema porque así son las cosas en la Benemérita institución, donde hoy se quiere mostrar que la democracia en la institución no está en el dicho sino en el hecho.
A estas alturas nadie le podría ya ganar a Lilia Cedillo porque su grupo tiene el control de la BUAP y todos sus procesos, aunque no precisamente al personal más capacitado. Y eso lo sabe todo mundo.
Y si a esto agregamos la instrucción del gobernador Alejandro Armenta Mier, sobre que en ni en la BUAP, ni en cualquier otra universidad pública, debe haber rechazo de aspirantes las cosas se ponen mejor para quien tiene el control de la institución.
Porque ¿de dónde salió la propuesta “Rechazo Cero”? Es gracias al gobernador Armenta a quien se debe que Lilia Cedillo la haya propuesto en su campaña.
Por lo tanto, deberían tener un poco más de cuidado con el mandatario, a quien deberían correrle la cortesía de informarle sobre las acciones y decisiones que se toman en la BUAP para beneficio de los estudiantes, aun con todo y que el gobernador ya declaró que no tiene la mínima intención de meter las manos en la elección.
El resultado de la próxima elección interna en la BUAP, insisto, está cantado y definido, ya sólo es cosa de tiempos y procesos.
Mientras tanto siguen las promesas sin cumplir, ya que el pasado viernes la rectora no llegó a la asamblea convocada por los estudiantes de Filosofía, los dejó plantados y eso solo por mencionar alguno de los compromisos que no se han cumplido.
A pesar de todo, ojalá que en el nuevo rectorado de Lilia Cedillo todo mejore y le vaya bien, para que les vaya mejor a los universitarios quienes son finalmente, los que mueven la institución.
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