Alfonso González
Lo único que le faltaba a Puebla para alertar la ingobernabilidad era la quema de un autobús de RUTA, de casi 5 millones de pesos, por parte de un grupo radical de estudiantes que se manifestó y se alió con la 28 de Octubre, y ya sucedió.
Es por ello que se deben encender las alarmas y apretar las tuercas donde sea necesario para evitar que la grave inseguridad, el enfrentamiento entre bandas criminales, el ambulantaje, los ajustes de cuentas, el enfado social y hasta los baches, salgan ganando.
Porque vaya que si fue aparatosa la quema del autobús frente a propios y extraños, quienes fueron testigos de la anarquía de un grupo de estudiantes al que se le antojó cerrar una de las principales vialidades de la ciudad para intentar hacer valer su ley.
Primero fue a fuente de San Miguel Arcángel, un monumento considerado patrimonio cultural de la humanidad, el cual fue afectado por el mentado colectivo denominado “Morras Sororas, Histéricas e Históricas”, un grupo radical feminista que salió a protestar por los desaparecidos destruyendo todo lo que estaba a su paso.
Ayer tocó el turno al servicio de transporte colectivo RUTA, línea 3, el cual se vio suspendido durante todo el martes, debido a la violenta manifestación de las estudiantes de la Escuela Normal Rural Carmen Serdán de Teteles de Ávila Castillo.
Las estudiantes exigieron la destitución de directivos de su institución, mayor presupuesto para el comedor estudiantil y mejores condiciones, en general, para su formación.
No obstante, además de cerrarse al dialogo, se aliaron a la agrupación de vendedores ambulantes 28 de Octubre, la cual generó el caos, secuestró un autobús de RUTA, con todo y chofer, y lo quemó a plena luz del día.
La manifestación, los destrozos y desmanes de las normalistas y los integrantes de la 28 de Octubre comenzaron alrededor de las 10 de la mañana de ayer y concluyeron 12 horas después, sin que gobernación pudiera haber evitado el conflicto.
Me pregunto ¿quién va a responder por las afectaciones económicas, y a las actividades en general, provocadas a comercios establecidos, al transporte público, a las escuelas, al gobierno y, en general, a todos los ciudadanos que se vieron afectados por el capricho y estupidez de las normalistas?
Es más ¿quién se hará cargo y quién responderá por la pérdida millonaria que implicó la quema del autobús de RUTA?
Sin duda, ya es momento que el gobierno del estado aplique mano dura para poner orden en la ciudad y el estado, donde se siguen registrando conflictos sociales de todo tipo por la maldita inseguridad y por el capricho de grupos radicales y criminales.
¿O qué nos falta ver para que las autoridades del estado sometan de una vez por todas a quienes están evitando la paz y tranquilidad del grueso de los ciudadanos?
En Puebla todos perdemos si se siguen tolerando eventos como los registrados ayer en pleno centro histórico.
¿Y qué decir de los asesinatos a sangre fría, los cuales no cesan?
Ya basta de que los poblanos nos tengamos que quedar callados ante las afectaciones de unos cuantos, ante la maldita y asquerosa inseguridad.
¿Hasta cuándo lo vamos a seguir tolerando?
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