Martha Berra
La intentona desmayada de Rodolfo Zepeda Memije, quien pretendió inscribirse en el proceso y obtener la postulación como candidato a rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), no fue el peor ni más bochornoso momento que vivirá en el proceso.
Este martes durante la sesión del Consejo Universitario de la BUAP, se informó y concluyó por unanimidad de votos que la candidatura de Ricardo Zepeda Memije es improcedente, por falsificación de documentos.
Así que será turnado a la Comisión de Honor y Justicia, para que realice las acciones correspondientes y en su caso se sancione a quien o quienes resulten responsables.
¡Pero esa no es la noticia! Pero si la es que usurpando funciones, adjudicándose plazas ajenas y falsificando documentos esté laborando en la Benemérita y que nadie lo haya notado.
¿Por qué nadie se había dado cuenta que es un funcionario o universitario patito que está incrustado en la BUAP desde hace al menos tres rectorados?
¿En serio hasta hoy que intentó ser candidato a rector se dieron cuenta que algo anda mal en su documentación? Tremendo descuido y entonces ¿cómo estarán los demás? Sin documentos legales o lo que es peor, ostentando profesiones que no han cursado, pero eso sí, muy influyentes, algunos incluso soplándole al oído a la rectora Lilia Cedillo.
Durante el mismo Consejo Universitario, se recordó el incumplimiento firmado por autoridades y alumnos durante los paros en febrero pasado, que incluía reformas tanto al estatuto orgánico de la universidad como a la Ley General de la BUAP, para impedir la reelección de la rectoría y directores de las facultades, algo que evidentemente “se les olvidó”.
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Por otro lado, las normalistas de Teteles, bajo el pretexto de exigir la destitución de su directora, realizaron desmanes en la capital, específicamente en el bulevar 5 de Mayo, arteria vial importantísima que se vio afectada por las señoritas que más que estudiantes parecen delincuentes.
Hay que decirlo con todas sus letras, la libertad de expresión no incluye violentar de ninguna manera a otras personas, como ocurrió en este caso, donde prendieron fuego a una unidad de RUTA con todo y chofer dentro.
¿Qué clase de “profesionistas” estarán frente a las aulas? Con estos antecedentes, es evidente que nada bueno depara el futuro magisterial.
En el pasado, cuando estudiantes e instituciones de la Normal, eran realmente víctimas de segregación, se obtuvieron profesionistas comprometidos con la labor docente. Ahora todo parece indicar que los intereses personales se anteponen y se distorsionan de la realidad.
No es un secreto que en Teteles prevalece el interés económico por parte de las líderes estudiantiles, lucrando con víveres, material e incluso la remodelación a sus instalaciones el año pasado, por lo que no estamos hablando de futuras maestras, sino de delincuentes que ya encontraron en su profesión la manera de ejercer presión para obtener beneficios personales.