Minutos antes del partido eliminatorio entre Nicaragua y Costa Rica en San José, el futbolista Byron Bonilla fue abordado por elementos de la Fuerza Pública costarricense y representantes judiciales, quienes intentaron detenerlo por un adeudo de pensión alimenticia. El jugador realizó un pago de 100 dólares en el vestidor, lo que evitó su arresto y le permitió ingresar al encuentro al minuto 58.
La Federación Nicaragüense de Futbol emitió una protesta formal ante la FIFA por la intervención de las autoridades, señalando que la presencia de al menos nueve agentes en las instalaciones deportivas generó un ambiente de tensión en el equipo. El partido finalizó con marcador de 4-1 a favor de Costa Rica.