Stellantis anunció el traslado de la producción del modelo Jeep Compass desde la planta canadiense de Brampton hacia la fábrica de Belvidere, en Illinois, como parte de una inversión de 600 millones de dólares. La decisión forma parte de un plan más amplio de expansión en Estados Unidos, donde la empresa invertirá 13 mil millones de dólares en los próximos cuatro años para aumentar su producción en un 50%.
El primer ministro canadiense, Mark Carney, atribuyó este movimiento a los aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos canadienses. Por su parte, el sindicato Unifor, que representa a trabajadores del sector automotriz en Canadá, advirtió que el cambio podría afectar hasta tres mil empleos. La organización también llamó a las autoridades a intervenir para proteger el sector.
El anuncio fue hecho días después de que el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, y el presidente Donald Trump expresaran su intención de concentrar la producción automotriz norteamericana dentro de territorio estadounidense. Lutnick afirmó que “el montaje de automóviles se va a hacer en EU y no hay nada que Canadá pueda hacer”.
En paralelo, México también se verá afectado. Actualmente, el Jeep Compass se fabrica en la planta de Stellantis en Toluca, la cual perderá esa línea de producción. El país produjo 3.9 millones de vehículos en 2024, de los cuales entre 75% y 80% se exportaron a Estados Unidos. General Motors ya anunció que a partir de 2027 también trasladará parte de su producción de México a plantas estadounidenses.
Stellantis aseguró que la inversión busca fortalecer su base industrial en Estados Unidos. Su consejero delegado, Antonio Filosa, señaló que se trata de la mayor inversión en la historia de la compañía en ese país y que generará nuevos empleos en las regiones donde tienen operaciones.