Cada 28 de octubre, miles de feligreses se congregan en el Templo de San Hipólito, en el centro de la Ciudad de México, para conmemorar a San Judas Tadeo, considerado el patrón de las causas perdidas o imposibles. La fecha es reconocida oficialmente por la Iglesia católica como el día del apóstol de Cristo.
El templo, dedicado a San Judas Tadeo desde 1982, recibe a devotos que portan la túnica blanca y el manto verde característicos del santo. En los alrededores, los asistentes acostumbran compartir estampas, rosarios y alimentos como parte de la celebración.
La Arquidiócesis Primada de México ha precisado que la devoción a San Judas Tadeo no debe confundirse con cultos ajenos a la Iglesia, como el de la denominada Santa Muerte. También ha aclarado que el apóstol no es símbolo de la delincuencia, sino una figura vinculada a la fe y la esperanza cristiana.