Ozair Viveros
A unos metros de la Estrella de Puebla en la zona de Angelópolis, camuflajeado entre todo tipo de negocios, se encuentra Santa Fe Horno & Grill, un establecimiento que al menos por la fachada, ofrece el servicio de un restaurante de cortes.
El local se encuentra en la calle Niños Héroes 2518 en la colonia San Miguel La Rosa, en la Reserva Territorial Atlixcayotl, a unos pasos de Avenida Osa Mayor, en territorio jurisdicción de Puebla capital.
De domingo a sábado, el supuesto restaurante ofrece servicio de las 13:00 horas y hasta las 2:00 de la madrugada. Comida, casi no venden; alcohol, por supuesto que hay, y no solo eso.
Después de ser recibido en la puerta por el personal de seguridad y de bajar unos cuantos escalones, en una estancia reducida con pocas mesas, está Santa Fe Horno & Grill. Hasta ese punto todo parece normal, hasta que al fondo, se observa a siete jóvenes mujeres, todas vestidas de negro.
No son meseras. Uno de los trabajadores se acerca a dejar la carta en la que solo se puede elegir lo que se va a tomar, no aparecen alimentos y eso quizá sea por la hora en que lo visitamos, un jueves después de las 22:00 horas.
El atento mesero se sienta en una de las sillas y ofrece la compañía de una de las siete mujeres sentadas en sillas tipo periquera. Entonces todas se levantan, forman una fila y saludan de beso al cliente, presentándose cada una por su seudónimo por cuestiones de privacidad y discreción.
La que sea elegida, toma una copa de 250 o 350 pesos para hacerle compañía al cliente, platicar. No se trata de un centro nocturno y mucho menos de un table dance, no hay pista, no hay tubo y ninguna de ellas anda desnuda o con poca ropa.
Sin embargo, el “restaurante” cuenta con tres salas privadas o privados. Pagando 3 mil 500 pesos por una botella de licor, una de las mujeres es la encargada de dar el servicio que consiste en “compañía” durante 45 minutos; servicio que hace en topless.
El concepto del lugar no es nuevo. Hace un par de décadas, Puebla capital contaba con el Solid Gold, ubicado en Bulevar Hermanos Serdán; también lo hacía Allegue, ubicado en la lateral de la autopista México-Puebla a la altura de La María; y recientemente Tapanko, en la lateral de la Recta a Cholula.
Pero, ¿cuál es el permiso o licencia de funcionamiento para este tipo de lugares?
De acuerdo con la información oficial del Ayuntamiento de Puebla, no se emiten licencias para negocios donde se ofrezca o realice el sexoservicio, prostitución o giros similares (como el servicio de scorts o “ficheras” de forma regulada).
El Ayuntamiento tiene facultades para regular los comercios como restaurantes, bares o centros nocturnos (por ejemplo, con venta de bebidas alcohólicas), y debe evitar que en ellos se realice cualquier actividad prohibida.
Enfocándonos en el giro más cercano y estrictamente regulado que permite la venta de alcohol y entretenimiento, sería la de restaurante-bar, bar, o centro nocturno.
El costo de la licencia de funcionamiento oscila entre los 70 mil y los 130 mil pesos para los dos primeros giros; y hasta de 480 mil pesos en el caso de un cabaret, pero ninguno de esos rubros considera en las especificaciones el servicio que ofrece Santa Fe Horno & Grill.
Platicando con una de las jóvenes que ahí trabaja, explicó que ninguna de ellas está obligada en el lugar, que no se practica el sexoservicio y que si bien el horario de servicio marca que a las 2:00 de la madrugada se cierra, en ocasiones han salido de trabajar hasta las 5-6 de la mañana, dependiendo de qué tan enfiestados estén los clientes.
Por ello, algunos vecinos de San Miguel La Rosa piden que intervenga el Ayuntamiento de Puebla para hacer una revisión del lugar y verificar que no esté operando fuera de la norma.