Por: Luis Gabriel Velázquez
Este lunes los transportistas van a parar.
Y no paran para fastidiar el tráfico, ni para llamar la atención, ni para jugarle rudo al gobierno.
Paran porque los están matando en las carreteras.
Paran porque ya nadie los escucha hasta que bloquean un país entero.
La ANTAC y organizaciones campesinas anunciaron un paro nacional: autopistas detenidas, operadores sin salir y carga en patio.
Y aunque muchos se quedarán con el enojo del embotellamiento, la verdadera molestia debería ser otra: en México ya no se puede manejar un tráiler sin jugarse la vida.
Puebla lo sabe mejor que nadie.
Porque una de las rutas donde más asaltan en todo el país es México–Puebla y su continuidad hacia Puebla–Veracruz.
Ahí pasa de todo: robos, extorsiones, golpes, levantones y, en muchos casos, desapariciones.
Y eso no lo inventaron los traileros: está documentado por años.
¿Cuándo se descompuso esta carretera?
No ayer.
Esto viene de tres gobiernos atrás.
Moreno Valle (2011–2017)
El robo a transporte existía, sí, pero todavía no era el infierno.
El foco era el huachicol y se estaba formando el Triángulo Rojo.
La México–Puebla ya era peligrosa, pero aún no explotaba el delito.
Gali Fayad (2017–2018) — aquí truena todo
Este es el parteaguas real.
En 2018 Puebla se vuelve segundo lugar nacional en robo a transportistas.
De enero a octubre hay 1,931 robos; 22 % de todo el país.
El mismo gobierno lo reconoció como “cáncer”.
Treinta municipios en rojo, seis zonas de altísimo riesgo.
Aquí es donde Puebla se convierte en un infierno sobre ruedas.
Pacheco Pulido (2019)
No resuelve nada, solo administra la herencia.
2018 cierra con 2,737 robos.
En 2019 baja 22 %, pero Puebla sigue arriba: peligro y percepción de impunidad intacta.
Barbosa (2019–2022)
Primero bajó, luego rebotó:
– En 2020, caída histórica del 54 %.
– Pero para 2022 ya íbamos de regreso: 1,801 robos ese año.
Los números se movieron, el miedo no.
Sergio Salomón (2023–2024)
Aquí llega el año negro.
2023 marca el récord reciente: 2,589 asaltos.
Una carpeta cada 3.3 horas.
98 % con violencia.
Segundo lugar nacional.
2024 intenta acomodar la curva: baja 13 %, pero Puebla sigue en rojo.
Alejandro Armenta (2025)
Por primera vez en mucho tiempo, hay una baja sostenida:
– Enero–abril 2025: –27.6 %.
– Robo con violencia enero–febrero: –34.8 %.
– Enero–octubre: 1,368 robos, contra 1,922 en 2024.
Es una caída de 28.8 %.
Es real.
Pero tampoco alcanza para que los traileros salgan tranquilos a carretera.
Entonces, ¿por qué paran mañana?
Porque las cifras bajan, pero los asaltos siguen siendo brutales.
Porque el Triángulo Rojo no desapareció.
Porque la México–Puebla sigue oliendo a miedo.
Porque las aseguradoras ya no quieren cubrir rutas completas.
Porque a los operadores los bajan, los golpean, los encañonan y los dejan tirados.
Porque pasan años y nadie explica por qué la autopista más transitada del país sigue siendo la más peligrosa.
Y paran también porque nadie los escucha sentados en una mesa.
Hablaron con legisladores.
No pasó nada.
Denunciaron extorsiones.
No pasó nada.
La FGR tiene carpetas abiertas.
No pasa nada.